El velo es uno de los elementos clásicos que luce la novia el día de su boda. En la antigüedad era concebido como un signo de pureza y castidad de la novia y era un elemento fundamental en su look sin el que no se concebía la celebración.
Este velo cubría el rostro de la novia y debía ser descubierto por el sacerdote o por el novio en el momento de la famosa frase “puedes besar a la novia”.
En la antigüedad en oriente, muchas veces los novios no se habían visto nunca antes de la boda y el velo se utilizaba para evitar que el novio rechazara a la novia antes del enlace.
Y en la antigua Grecia, se usaba velo por superstición, puesto que tenía la misión de proteger a la novia del mal de ojo.
Hoy en día el velo no suele usarse por tradición, sino más bien por complementar el look de la novia.
También hay novias que prescinden del uso de velo y deciden
complementar su look con coronas, tiaras, diademas o peinetas. (Este es mi caso)
El velo es un complemento muy favorecedor y que puede dar un toque de elegancia, personalidad y sofisticación a la novia, ayudando además a mantener la tradición de las novias de siempre.
Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de elegir el velo es el estilo del vestido de novia; por supuesto, el peinado y, lo más importante, la personalidad y el estilo de la novia, pues debe ir acorde a todo esto.
¿Qué te parece este elemento? ¿Lo usarás en tu GD?
Déjame aquí una foto de tu velo o de tu complemento para tu peinado 👰
Un abrazo!